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viernes, 8 de abril de 2011

Rumores de cine que se hicieron leyenda

Irene Jiménez

A veces, sin saber muy bien de donde, surgen historias cuya autenticidad depende en gran medida de lo que cada uno quiera creer. Cuando aparecen suele considerárselas como rumores, pero conforme se propagan van adquiriendo no solo popularidad sino también credibilidad. El mundo del cine está plagado de este tipo de historias. Algunas no pasan de la mera anécdota, pero otras muchas llegan a convertirse en auténticas leyendas urbanas. Las hay para todos los gustos, desde las creíbles y probablemente ciertas, a las más rocambolescas.
Quizá la más famosa de todas por su permanencia en el interés colectivo sea la supuesta criogenización o conservación mediante frío del cuerpo de Walt Disney. Aunque se ha negado en muchas ocasiones su autenticidad, ya que hay constancia tanto de su muerte como de su posterior incineración, son muchos los que todavía creen que el fundador de Disney está congelado en un laboratorio a la espera de que los avances en la ciencia permitan su reanimación.
También es muy conocida una anécdota protagonizada por la actriz Marisa Tomei, que en 1993 ganó el Óscar a la mejor actriz de reparto por la película Mi primo Vinny. El premio debió atragantársele cuando comenzó a circular el rumor de que Jack Palance, el encargado de anunciar a la galardonada, había cometido un error al leer la papeleta que la hacía ganadora. Ante la intensidad que adquirió el chisme, la Academia se vio obligada a explicar que si se hubiese dado verdaderamente un Óscar ilegítimo los notarios habrían intervenido. A pesar de todo el premio nunca ha dejado de considerarse como poco controvertido, para desgracia de la actriz. 
Algunas de las leyendas urbanas que circulan son curiosas e incluso divertidas, como la de que Marilyn Monroe tenía seis dedos en cada pie o la que cuenta que un extraño bulto que el actor Andy García tenía en la espalda se trataba en realidad de los restos del embrión de su hermano gemelo, al que absorbió cuando ambos se encontraban en el seno materno. Sin embargo, las hay más serias, algunas verosímiles y otras no tanto. Ejemplo de ello es la intriga existente en relación a la película El hombre sin rostro, dirigida y protagonizada por Mel Gibson. Dicha película, en la que el actor aparece con la cara desfigurada a causa de un accidente, podría ser autobiográfica y basarse en la vida del propio actor, cuyas operaciones del rostro habrían sido costeadas por un sacerdote. Esto parece, más que nada, una complicada y muy dramática explicación a la extrema religiosidad del actor.
Pero sin duda, las más entretenidas de todas estas historias son las relativas a maldiciones, muertes y fantasmas. Una de estas maldiciones es la que supuestamente pesaba sobre el coche de James Dean, un Porsche 550 Spyder. No solo el actor falleció al volante del mismo, sino que algunos de los que después poseyeron el coche en cuestión o parte del mismo sufrieron accidentes de diversa índole. Esto hizo que el vehículo adquiriera fama de embrujado y, según dicen por ahí, por el espíritu del joven actor.
El mundo del cine, como vemos, nos proporciona mucho más que películas. Y es que ni el león de la Metro Goldwyn Mayer se libra de tener su propia leyenda. Por lo visto, el número de veces que ruge indica el coste de la producción. Esta, en relación a las anteriores, al menos es comprobable.

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